Menorca y sus aguas cristalinas

Menorca puede ser la segunda en tamaño de las Baleares, pero ocupa el último puesto en decadencia comercial. Menorca tiene innegablemente las playas más bellas de las Islas Baleares, y la isla está bañada por la brisa constante que la hace especialmente cómoda. Mahón es la capital de la isla y el lugar de nacimiento de la mayonesa. Construida en los acantilados con vistas a su encantador puerto, uno de los puertos naturales más grandes del mundo, es el lugar perfecto para alojarse y explorar la isla. Vale la pena visitar Ciudadela, la antigua capital de la isla, por su encantadora arquitectura, incluyendo su magnífica catedral gótica-barroca. También es un punto de partida ideal para explorar las playas cercanas, como Cala Blanca y Cala Santandria, o los yacimientos prehistóricos de Torre Trenacada o la Naveta dels Tudons, la cámara funeraria más grande y mejor conservado de Europa. La influencia británica es todavía evidente en la arquitectura, las tradiciones y la cultura de la isla. La mayor parte de la arquitectura de la isla tiene una clara influencia de estilo georgiano del siglo XVIII y la Pomada, ginebra local mezclada con hielo picado, limón amargo o simplemente jugo de limón, sigue siendo la bebida más popular de Menorca. Si días relajados al sol y la vida contemplativa le suenan muy bien, Menorca puede que sea su Isla Balear favorita.